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Alianzas electorales y estrategias discursivas diferenciadas en la publicidad política televisiva

 





Un fenómeno cada vez más común en México y en el mundo es el desapego de los ciudadanos hacia los partidos políticos dada la personalización y espectacularización de la política. Ello, no obstante, no quiere decir que las fuerzas políticas estén exentas de ser elementos de peso en las contiendas. Todo lo contrario, pues, ante el hecho, los partidos buscan cada vez más sofisticar y perfeccionar sus estrategias de campaña para incrementar sus probabilidades de éxito en las urnas. Una de estas formas que durante los años recientes se ha vuelto electoralmente rentable son las alianzas electorales.

Esta manera de competencia se refiere a aquellos partidos que coordinan sus fuerzas detrás de un candidato con el propósito de obtener un desempeño electoral cuantitativa y cualitativamente superior del que obtendrían en lo individual (Reynoso, 2010), y donde media un proceso de negociación que determina los costos y beneficios para las partes, por supuesto, en un sentido racional de competencia (Méndez, 2012). Aún cuando indagar y conocer las causas de conformación aliancista es una empresa sumamente interesante, en esta ocasión reflexionaremos sobre el impacto que pueden suponer las alianzas electorales en las determinaciones de publicidad política durante las campañas electorales. Sin ánimo de aquí teorizar sobre el comportamiento discursivo en campaña, específicamente se revisan y discuten algunas manifestaciones empíricas que día a día atraen nuestras miradas. Lo anterior, con el propósito de extender cuestionamientos puntuales sobre la agenda investigativa en la materia y también de despertar la curiosidad científica de quienes nos leen.

De acuerdo con la literatura especializada existen dos tipos de alianzas: las ideológicas y las anti-hegemónicas o pragmáticas (Reynoso, 2011; Reynoso y Espinosa, 2017). Las primeras se logran entre partidos que comulgan con un sistema de creencias similar, o bien, con fuerzas que comparten un parámetro parecido o adyacente en el imaginario de un espectro ideológico. Las segundas, por su parte, se distinguen por hacer a un lado sus diferencias ideológicas para enfrentar al partido hegemónico en turno, sea que gobierne o que se encuentre en calidad de opositor. Hasta hace solo unos años, el ejemplo más representativo de estas coaliciones antisistema eran las alianzas conformadas por el PAN y el PRD en contra del PRI.

No obstante, y como consecuencia del triunfo de MORENA en 2018, el sistema de partidos ha cambiado súbitamente al igual que las figuras de participación asociativa. De tal manera que la dinámica aliancista ha pasado de partidos competitivos que hacían alianzas ideológicas con claros acuerdos de dominación entre sus socios, a una lógica de contienda fincada en el pragmatismo y en la dicotomía oficialismo versus oposición. Y sobre este escenario, es que nos aproximamos a un escenario federal donde las expresiones de estas alianzas son aún desconocidas en su forma de articulación discursiva.

Por ejemplo, por un lado, la alianza oficialista cristalizada en la Coalición Sigamos Haciendo Historia, y abanderada por la candidata Claudia Sheinbaum, presenta en sus spots una estrategia cuantitativamente reducida y con explícitos tintes de integralidad ideológica. En el corpus analizado son evidentes las alusiones a la continuidad y a la Cuarta Transformación como una forma de posicionamiento anclada a la imagen del presidente Andrés Manuel López obrador. No obstante, el alcance de su publicidad política no se reduce al uso indistinto de estos dispositivos, pues una de las manifestaciones más interesantes se encuentra en los spots de sus socios aliancistas. En cuanto al PT, se destaca la referencia verbal a que “el PT es la 4T (verdadera)” y a la figura de Gerardo Fernández Noroña como el personaje más notable del partido asociado al movimiento. En el caso del PVEM, la estrategia es muy similar, ya que en la publicidad política televisiva aparece Claudia Sheinbaum junto con Manuel Velasco, dirigente nacional, para refrendar el compromiso científico y político de ambos partidos con el medio ambiente y, de paso, para aclarar que entre ellos no existe un esquema de subordinación, sino “un equipo de trabajo”.      

Por el otro lado, la alianza opositora Coalición Fuerza y Corazón por México presenta un mayor número de alusiones al cambio y a no continuar con el gobierno del mismo partido. Esto se observa en expresiones como: “continuar con el miedo o alcanzar la paz” o “Llegó la hora del cambio ¡Vota PAN!”. No obstante, y a diferencia de lo que hace la alianza morenista, Xóchitl en ningún momento verbaliza el nombre o las siglas de estos partidos. Su estrategia luce mucho más diferenciada, puesto que no solo pretende alcanzar diversos públicos -probablemente no muy identificados entre sí- con un mismo material, sino también promover los resultados obtenidos por las gestiones de gobierno del PAN y por algunas medidas históricas de asistencialismo hechas por el PRI, que fueron exitosas o que continúan siendo bien vistas. Otras formas de estrategia discursiva se centran en logros alcanzados en la arena legislativa de las entidades federativas, la cuales, curiosamente, se sirven mayoritariamente de la voz de políticos locales del PAN y del PRI. El PRD, en tanto, tiene una participación marginal, ya que únicamente participa en los spots genéricos.

A manera de síntesis, podríamos hablar de dos dicotomías para estudiar en profundidad el comportamiento aliancista en su variante discursiva. La primera que se construye en función de la relación oficialismo-oposición e intenta explorar si las alianzas oficialistas hacen mayor referencia al factor de la continuidad y a la concreción de un proyecto de gobierno conjunto. Adicionalmente, esta vertiente se interesa en verificar si las alianzas de oposición tienden a ser más calculadoras y a diversificar y focalizar sus estrategias en el marco de una contienda, que cuando compiten los partidos de manera aislada.

Otra vía probable es estudiar el contenido de la publicidad política con base en el tipo de alianzas. Puntualmente, lo que aquí se propone es indagar si las alianzas de contigüidad ideológica rompen o trasgreden la barrera de los límites individuales de cada partido y si éstas justifican explícitamente las motivaciones detrás de su asociación. Resulta de igual importancia constatar la forma en que los partidos que conforman la alianza articulan las consideraciones antisistema o anti-oficialismo con el llamado al voto con carga ideológica.

Por ahora, las tendencias de voto podrán darnos una idea de la efectividad de las estrategias discursivas, no obstante, se pondera como de mayor importancia verificar si los patrones se sostienen sobre el tiempo y en otros procesos electorales, ya que, sin duda, las estrategias de comunicación parecen estar fuertemente imbricadas con la configuración del poder. Y eso, solo lo sabremos una vez que conozcamos los resultados electorales.

 

Referencias

Méndez, I. (2012). Coaliciones preelectorales y competencia partidista en México a nivel federal y local (1994-2011). Política y Gobierno, 12 (2), 147-198.

Reynoso, D. (2010). Alianzas electorales y contingentes legislativos en los estados mexicanos. Revista Mexicana de Sociología, 72 (1), 113-129.

Reynoso, D, (2011). La estrategia dominante. Alianzas electorales en los estados mexicanos 1988-2011. Argentina, Teseo.

Reynoso, D. y Espinosa, O. (Coords.). (2017). ¿Alianzas Contranatura o Antihegemónicas? Las Alianzas PAN-PRD en los Estados Mexicanos. Tirant Lo Blanch México.



Autor: Ignacio Daniel Torres Rodríguez

Doctor en Ciencias de Gobierno y Política, Maestro en Comunicación Estratégica y Licenciado en Relaciones Internacionales por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Actualmente, participa en la modalidad Cátedra del Programa Investigadoras e Investigadores COMECYT EDOMÉX, en la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Lerma. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel Candidato), de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP), de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (AMECIP) y de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (SOMEE). Sus intereses de investigación son las alianzas electorales, el comportamiento electoral, el análisis del discurso político y el intercambio político. Correo electrónico: ignacio_torres_r@hotmail.com; ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4205-0391




 

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