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MC y Máynez, ¿son o no el tercer partido?




En una contienda electoral, aunque no lo parezca, y le cueste trabajo creerlo, la mayoría de lo que sucede tiene de fondo una estrategia política. Para develarlo, hoy abordaremos el comportamiento discursivo que hay detrás del tercer partido en una contienda electoral. Para fines prácticos, entiendo a este partido como aquella fuerza política cuyo propósito es apoyar, de manera disfrazada, el desempeño electoral de un partido o coalición de gran tamaño. Así definido, entenderá que en una contienda puede haber más de un partido de este tipo y, al ser así, más que hablar de una posición dentro de la contienda, nos referimos a una estrategia concatenada de equipo: P1. Partido/coalición de gran tamaño promotor del acuerdo; P2. Partido/coalición opositor de gran tamaño; y P3. Partido informalmente aliado de P1 o de P2, y al que denominamos tercer partido.

En México, pese a que el tercer partido siempre es el que tienen menos posibilidades de triunfo en una elección, es importante analizarlo debido al papel que juega en la tarea de asegurar el éxito electoral. No en su favor, claro está, pero sí en el de otros. ¿Esto hace menos atractiva su participación? No, porque el hecho de que no ganen, no significa que para ellos sea menos rentable o fructífero. Por el contrario, pues para estos competidores existen otros beneficios e incentivos en la mesa a los cuales pueden aspirar, tales como: posiciones dentro de la estructura de gobierno federal o de los estados; espacios de decisión en las principales comisiones de la Cámara de Diputados o de Senadores; o bien, apoyo en temas que son de su interés (i. e. incremento del presupuesto para los territorios que gobiernan o candidaturas a modo, por ejemplo), los cuales pueden ir desde lo más legítimo (i. e. apoyo a alguna medida que ideológicamente se concatena con su plataforma electoral) hasta lo más sensible (actos de corrupción, subejercicios, leyes a modo, entre otras). Ahora bien, para que estas prebendas sucedan se necesitan dos cosas: 1) alguien con posibilidades de triunfo que esté dispuesta a ofrecerlas y a cumplirlas y 2) alguien que las percibas como reales. Claramente, probar fehacientemente que este tipo de acuerdos suceden tras bambalinas es prácticamente imposible, no obstante, es posible deducirlas si aplicamos un poco de ciencia. 

En mi tesis doctoral, que después se convirtió en libro (Cruz, 2021), analicé los spots políticos para presidente de la República, senador, gobernador, diputado federal, diputado local y presidente municipal. Ahí, tras codificar el contenido de 609 spots que se emitieron en elecciones a gobernador entre 2009 y 2015, noté que los partidos pequeños eran quienes usualmente jugaban ese rol de tercer partido y quienes, curiosamente, concentraban el mayor número de frecuencias en los ataques. Para mí, la pregunta fue, ¿Por qué?




Fuente: Cruz, U. (2021). Análisis Funcional del Spot Político en México. IEEM

Tras revisar algunos estudios previos, encontré que la estrategia de ataque que se realiza a través de un partido pequeño potencialmente puede explicarse por una relación costo-beneficio que es inherente al ejercicio discursivo de aclamar, atacar y defender que se emplean en la campaña. Me explico. Para el investigador William Benoit y sus colegas (1998) una aclamación es cualquier manifestación orientada a exaltar las cualidades de un candidato o candidata. A decir de él, esta estrategia tiene la bondad de contar solo con beneficios debido a que únicamente resalta atributos positivos del candidato, partido o coalición. Contrariamente, el ataque es una expresión dirigida a dañar la imagen y reputación de quien lo recibe. Si se ejecuta bien, puede reducir significativamente la base de apoyo electoral del oponente, pero, si se hace de manera equivocada, puede llegar a generar la apariencia de que el candidato que la ejerce es injurioso, poco propositivo o sin propuesta ("sólo ataca y no propone"). Finalmente, la defensa es una estrategia dirigida a reducir los efectos de una ofensa. Cuando se hace bien, posee la ventaja de desactivar los encuadres negativos que se quieren imputar al candidato o candidata y tres desventajas:  1) hacer lucir a quien se defiende como fuera del mensaje cuando no está bien informado (a); 2) que la persona luce más a la defensiva que defendiéndose, 3) alertar a los rivales sobre alguna debilidad que no había notado hasta ese momento.

Visto de este modo, un partido político/coalición de tamaño grande recurre a un partido pequeño o tercer partido para evitar los daños colaterales de un ataque mal ejecutado, toda vez que el precio por una pifia puede llegar a ser tan alto que, incluso, podría perderse la elección ("Ya cállate chachalaca": AMLO 2006). Esto, por supuesto, no significa que el partido grande con quien informalmente se alió el tercer partido no ataque. Para nada. Sí lo hará, sólo que con menor frecuencia y con mayor cuidado, ya que, lo crean o no, una característica discursiva de los candidatos ganadores es que suelen ser más positivos y menos negativos que los perdedores.

Fuente: Cruz, U. (2018) “Análisis funcional del spot político televisivo de los candidatos a la gubernatura en México”. 
En M. Echeverría (coord.), Publicidad Política Televisiva. Estructura y desempeño (181-201). México: Tirant Humanidades


Hasta aquí, es probable que la negatividad de esta fuerza política no se aprecie de manera clara como resultado de estos acuerdos informales. No obstante, si vemos con mayor detenimiento el comportamiento discusivo de los candidatos a la gubernatura Coahuila en 2023, es posible tener una mejor aproximación. 

Fuente: Elaboración propia, a partir del modelo de William Benoit et. al (1998)

Como se aprecia en la imagen, en esta elección resulta obvió que el objetivo de los ataques es el primer lugar y que existe una acción coordinada entre el segundo, tercer y cuarto lugar para denostar la figura del candidato de la coalición PRI-PAN-PRD. Pero, aquí hay más de lo que se ve. En este caso, la existencia de un comportamientos discursivo que deja entrever un probable acuerdo entre el candidato del PVEM-Unión Democrática, Lenin Pérez Rivera, y el candidato priista Manolo Jiménez. ¿Qué lo revela? Primero, el hecho de que el candidato verde ecologista-udecista haya atacado con mayor frecuencia a Armando Guadiana que a Ricardo Mejía. Llama la atención porque, al ser un ex aliado político y el segundo lugar en la contienda, era más lógico pensar que podría desempeñarse como su tercer partido y reducir al mínimo las ofensas  (Véase: Elección en Coahuila: divide y vencerás). No sucedió así. Segundo, que no haya declinado en favor de él, cuando su partido ya lo había hecho público. Este hecho, sin duda, lo acerca aún más al candidato priista que a sus antiguos aliados, porque en campaña una acción de este tipo supone una transferencia de votación directa al partido o coalición ideológicamente más cercano (Véase: El Partido Verde se une a Morena en Coahuila). En este caso, MORENA. Tercero, la referencia explícita que Armando Guadiana hace durante el primer debate al señalar: "Y quiero decirles que vamos a hacer también una transparencia total [Megadeuda de Coahuila]. Y volviendo a las finanzas, nosotros, la Secretaria de Finanzas, porque el candidato allá del [Partido] Verde no es más que un palero del PRI. Me refiero aquí a este señor, Lenin Pérez. Es un palero".

Científicamente, todavía falta mucho por conocer respecto de este fenómeno discursivo, pero, si llegaste hasta este punto, ¡te felicito! Como ciudadano informado, en adelante, serás capaz de distinguir discursivamente con quién está aliado el tercer partido y, de este modo, estar en condiciones de decidir si eso abona al ejercicio de tu voto, a tus intereses y al interés público de este país. A manera de resumen, y bajo esta circunstancia, la lección que debes aprender de esta breve explicación es que a quien ataca menos el candidato de esta fuerza política es con quien está informalmente aliado

¡Hasta la próxima!

Referencias

Cruz, U. (2021). Análisis Funcional del Spot Político en México. IEEM

Cruz, U. (2018) “Análisis funcional del spot político televisivo de los candidatos a la gubernatura en México”. En M. Echeverría (coord.), Publicidad Política Televisiva. Estructura y desempeño (181-201). México: Tirant Humanidades

Benoit, W. L, Blaney, J. y Pier, P. (1998). Campaign ´96. A Functional Analysis of Acclaiming, Attacking, and Defending. Praeger


Autor: Ulises Cruz Valencia

Doctor en Ciencias de Gobierno y Política por el Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (ICGDE-BUAP). Desde 2019 pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (Nivel 1). Sus temas de interés son el análisis del discurso político en campaña -spots y debates, particularmente- y la aplicación de Inteligencia Artificial en redes sociales para distinguir actitudes, emociones y preferencias de los usuarios en campañas electorales. Actualmente, es profesor de Tiempo Completo en el Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT) de la Universidad Iberoamericana CDMX.



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